Por Apolo (Wama) León V.
28 años se cumplieron del asesinato del Lic. Luis Donaldo Colosio, quién días antes en un discurso público, en el Monumento a la Revolución, dijo: “Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México agraviado por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por (el) abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”.
Colosio tuvo una visión muy amplía sobre la situación del país, en ése entonces, razón por la que se comprometió con el Pueblo de México, a enderezar el timón del “… México con hambre y con sed de justicia…”, para servir a “…mujeres y hombres afligidos…” por los abusos y arrogancia del gobierno.
El compromiso con los habitantes del país, cayó como balde de agua helada, a quiénes en ése momento todavía sostenían las riendas del poder, sobre todo, a Carlos Salinas de Gortari, quién lo había impuesto y, en el peor de los casos, se sintió traicionado al ver que Colosio no comulgaba con las imposiciones, ni el mal trato a los habitantes del México sometido.
Se sintieron amenazados y se fraguó el plan ruin y cobarde, para terminar con la amenaza latente que, con toda seguridad, hubiera arrasando en la contienda presidencial; el vacío quedó y se impuso la marioneta que a modo si pudo ser manipulado; entonces los malnacidos quedaron impunes, hasta la fecha, y gozan de su libertad, manchada de sangre; desde luego qué, sólo con un Aburto que sirvió para tapar la mancha de la ignominia, terminando con la esperanza del “México con hambre y con sed de justicia”.
Sexenios van… Sexenios vienen, y nada cambia, sólo los colores de los arribistas que buscan el poder para sacar tajada y seguir robando impunemente, manipulando con la careta de “benefactores de la Patria”, que como siempre, prometen y prometen, y, aunque se diga lo contrario, sigue la misma porquería en el poder.
Lo misma puerca, pero revolcada.
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