El pasado 18 de enero del presente año, entre las 3:30 y 4 de la tarde, en el puente de Poniente 112, entre Insurgentes a la altura de la estación Potrero, del Metro, Carmelita León Valdez, al ir empujando su carrito de dulces, fue embestida por un motociclista, que cobardemente, huyó.
Al lugar, después de más de una hora, se presentaron paramédicos del ERUM, ambulancia con el número: MX-2240-1 y placas de circulación: AM-370-HR ERUM, quiénes revisaron a la lesionada, argumentando que no requería atención médica ni traslado a un hospital, aún corroborando que sangraba de la cabeza y se quejaba de golpes internos.
Sus familiares, al ver la negativa del traslado, lo hicieron por sus propios medios, trasladándose en taxi, primeramente, al Hospital Juárez, Avenida Politécnico, dónde no se le atendió, argumentando que no tenían camas disponibles ni los aparatos para hacerle los estudios correspondientes.
Salieron y se fueron al Hospital General de la Villa, dónde fueron los mismos argumentos para no atenderla.
De ahí se dirigieron al Hospital de Balbuena, dónde fue lo mismo, pero a reclamo expreso de los familiares, a regañadientes, fue atendida, para posteriormente darla de alta diciendo que no ameritaba hospitalización, pero que tenía cita abierta en caso de requerirlo.
Los dolores insoportables, dieron pie para acudir nuevamente al hospital de Balbuena, dónde tenía “cita abierta”, pero aún así, no la atendieron de inmediato; los vigilantes del acceso, lo impidieron porque “tiene que venir en silla de ruedas o camilla”; eran aproximadamente las 2:15 de la madrugada del martes 25 de enero; solicitaron la camilla o silla de ruedas, pero no había disponibles, razón por la que la ingresaron, en una silla normal, cargando; los vigilantes trataron de impedirlo pero: ¿Si tú ves a tu familiar grave, qué haces?
Ya dentro del “hospital”, viene la desgraciada atención del personal médico, en éste caso, de una enfermera o médico, que molesta exigía el pase para poder atenderla (Carmelita ya agonizaba), dejándola en el piso, donde la recostaron y luego quisieron atender, pero demasiado tarde, había muerto (eran las 3:20es decir, se perdió tiempo muy valioso -más de una hora-, sólo para decir que ya no había nada que hacer.
Se dió la intervención del MP, y se realizó la necropsia de ley, arrojando el resultado del fallecimiento: TRAUMATISMO MUSCULAR MULTIPLE.
Golpes internos que no se valoraron en su momento, originado la muerte una semana después.
La investigación está en curso, pero ahora los familiares enfrentándose a los trámites burocráticos de los ” impartidores de justicia”, que, para empezar, dicen que en las cámaras de C5, no se ve nada, que unas cámaras no sirven y las otras, no enfocan el lugar del atropellamiento.
Ésta es la “buena atención y rapidez” que brindan las instituciones del sector salud, y la disponibilidad eficaz de las instituciones de “impartición de justicia”, y seguimiento eficaz en las investigaciones para detener a los responsables; bueno, esto dicen, afirman y aseguran, quiénes están en el gobierno que, como siempre, todo lo que dicen, es puro “Taco de lengua”.
En tanto, un criminal, el cobarde que la aventó; así como los cómplices, (no todos) que están en los hospitales, insensibles, valiéndoles el dolor humano de las gentes que ingresan para su atención, y por negligencia mueren, también siguen libres.
“LOS FAMILIARES PEDIMOS QUE SI ALGUIEN GRABÓ ALGO EL DÍA DE LOS HECHOS, NOS LO HAGA SABER POR ÉSTE MEDIO”.
Y COMPARTAN, COMPARTAN DE FAVOR.