POR: ABRAHAM RAMOS GUTIERREZ
Es muy frecuente escuchar esta frase Cuando el ciudadano busca respuestas a las omisiones o simplemente a la nula acción de la autoridad ante un hecho que lastima los derechos de terceros, los ejemplos abundan, BLOQUEOS, TOMAS DE CASETA, DAÑOS A BIENES DEL PUEBLO O DE PARTICULARES, ETC., los ciudadanos han sido testigos de cómo ante la presencia de la autoridad, y ante la misma presencia de fuerzas del orden, los que se manifiestan lo hacen con total impunidad, y cuando el ciudadano común y corriente se pregunta por qué no les hacen nada, la respuesta es que el gobernante no quiere asumir el COSTO POLITICO, porque en la lógica del funcionario es mejor no castigar a 30 personas que impiden el paso de 3,000 ciudadanos ya que 30 votos son importantes y no así los 3,000 votos de los ciudadanos que seguramente va a castigar al funcionario en su próxima pretensión política por haber demostrado su ineptitud ante situaciones complejas que no puede y no sabe manejar como autoridad. Sin lugar a dudas lo que paso en 1968 TLATELOLCO y en 1971 HALCONAZO fueron unas pésimas y terribles decisiones que marcaron de luto a nuestro país, pero que dejo un trauma a los funcionarios posteriores, que a pesar de que hoy existen instancias y protocolos que velan por que el derecho a la manifestación y expresión se hagan dentro de marcos legales, dentro del respeto mutuo hacia quienes se manifiestan pero que también marcan que en estas manifestaciones debe observarse el respeto a los demás, en muchas ocasiones se abusa de este derecho y se cae en la violencia, violencia que es recibida en la mayor de las veces por quien menos culpa tienen, daños que al final de cuentas los paga el pueblo mismo, y la autoridad espectadora ante la AMENAZA sombría del COSTO PÓLITICO se lava las manos con un discurso de tolerancia, pero que tan tolerante se debe ser, que tanto se le puede permitir a alguien que afecte a terceros y no reciba un castigo, aclarando que la aplicación de la ley debe ser con todos los protocolos que cuiden fundamentalmente los derechos humanos de quien se manifiesta pero dejando claro que hay límites en el derecho a la manifestación. Todos coincidimos que es tan nefasta aquella autoridad que abusa de la fuerza que la misma ley le ha otorgado, como la que no la utiliza para salvaguardar derechos de terceros, dejando a una sociedad acorralada por aquellos que han decidido hacer uso de la fuerza física y han renunciado a la fuerza de la razón. En resumen por donde se vea este COSTO POLITICO lo pagamos los ciudadanos, la autoridad no hace nada por velar los derechos de terceros porque anteponen sus proyectos personales, pero como ciudadanos debemos estar atentos a la hora de evaluar a esos funcionarios indecisos, funcionarios que no buscaron la forma de anticipar y solucionar problemas sociales que más tarde se vuelven una problemática incontrolable, la capacidad de gobernar no es un tema de partidos es un tema de desempeño político profesional individual, y la mejor forma de calificar un DESEMPEÑO es por lo que se hace y no por lo que se deja de hacer, el próximo año 2021 los ciudadanos tenemos en nuestro VOTO la calificación final para aquellos funcionarios que han demostrado que merecen la oportunidad de seguir en la función pública de acuerdo a sus resultados, y para los que se la llevaron “nadando de muertito” pues que se vayan a sus casas a descansar, por lo menos en sus hogares si no toman decisiones les habrán de afectar solo a ellos y a su familia y no a miles de ciudadanos que todos los días salen a buscar el sustento, esperando que el Estado les brinde las condiciones básicas para tal fin, 2021 evaluemos a todos sin distinguir colores y con la premisa que solo LOS MEJORES DEBEN DE GOBERNAR.