Felipe Cazals llevará “Canoa” a la Berlinale

Una copia restaurada será exhibida en la edición a celebrarse entre el 9 y 19 de febrero
Cazals es uno de los protagonistas del libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa”
La libertad y conciencia lo hizo realizar un cine directo y sin concesiones

Uno de los filmes que ayudó a la consagración de Felipe Cazals como director a nivel internacional fue “Canoa”, hoy concebida como un clásico del cine nacional, la cual ha estremecido al público y la crítica desde su estreno, hace 41 años teniendo como escenario el Cine Roble, en ese entonces como parte de la quinta Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.

Más adelante, a mediados de 1976, con su trabajo Cazals logró cautivar al jurado del Festival Internacional de Cine de Berlín, en Alemania siendo reconocido con el Oso de Plata, hazaña que ningún otro filme mexicano ha logrado hasta este momento.

Por tal motivo, una copia restaurada digitalmente de este largometraje, protagonizado por Enrique Lucero, Salvador Sánchez y Ernesto Gómez Cruz será exhibida en la próxima edición de la Berlinale, a celebrarse entre el 9 y 19 de febrero.

Esta restauración fue posible gracias al trabajo de colaboración entre la compañía distribuidora estadounidense The Criterion Collection, con el Instituto Mexicano de Cinematografia (IMCINE).

En su trama, escrita por Tomás Pérez Turrent, “Canoa” narra a manera de ficción, una tragedia ocurrida el 14 de septiembre de 1968 en el poblado de San Miguel Canoa, Puebla en un contexto en el que ser o parecer estudiante era lo mismo que ser delincuente.

Seis empleados de la Universidad Autónoma de Puebla, viajaron al poblado con la intención de escalar La Malinche. La excursión terminaría con el linchamiento de cuatro de ellos y del campesino que los hospedó. El cura aseguraba que estos campistas quemarías las cosechas y violarían a las mujeres del lugar.

“Sin duda ‘Canoa’ es una película de terror porque el 68 es el terror en su máxima expresión, en contra de la juventud y del relevo generacional de todos los mexicanos”, aseguró Felipe Cazals.

Felipe Cazals es uno de los protagonistas del libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa”, publicación independiente cobijada por el sello SamSara Editores y tercer material del periodista e investigador Fabián Polanco, que ha sido bien recibido por el público, quien han mostrado gran interés por conocer esta etapa de la historia del cine nacional, teniendo como guías a sus protagonistas cuyos testimonios fueron recogidos en reveladoras entrevistas.

En el setenta, Felipe Cazals fue uno de los jóvenes directores que se empeñó en hacer del cine mexicano una herramienta de concientización y al mismo tiempo un producto de calidad, labor que con el paso de los años continúa llevando a cabo, tal y como lo mostró durante la filmación de “Ciudadano Buelna”, llevada a cabo en Mocorito, Sinaloa, lugar donde se realizó la entrevista publicada en el libro.

La libertad y conciencia llevaron a Cazals a realizar un cine directo y sin concesiones, aunque ello le propiciara una buena cantidad de problemas y posibles censuras, pues fue de los realizadores que el Estado apoyaba para hacer cine nacional.

Según algunos críticos, la década del setenta fue el periodo en que tres directores: Felipe Cazals, Jaime Humberto Hermosillo y Arturo Ripstein, hicieron lo que puede considerarse obras maestras con sus trabajos fílmicos.

En el caso de Cazals justo esto sucedió con la filmación de “Canoa”, alcanzando un éxito sin precedentes para el cine nacional, con doce semanas de exhibición en las seis salas donde fue programada.

La siguiente película que Felipe Cazals filmó fue “El Apando” y también se estrenó en 1976, superando a su antecesora, porque ésta quedó en exhibición durante 18 semanas, dando enorme popularidad a sus actores: Manuel Ojeda, María Rojo, Salvador Sánchez, Delia Casanova, José Carlos Ruiz y Ana Ofelia Murguía.

Otra de las cinta que Felipe Cazals recordó en “Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa” fue “Las Poquianchis”, filmada en 1976.

“Se fue pre produciendo mientras preparábamos ‘Canoa’. ‘Las Poquianchis’ era una especie de historieta que se vendía por números, de la que yo tenía parte de la colección y Jorge Ibargüengoitia tenía otra parte de la misma. La historia de estas hermanas siempre nos interesó, aunque por caminos totalmente distintos”, recordó.

“Empezamos a editarla y comenzamos a disgustarnos los unos con los otros, hasta llegar al punto de no volvernos a dirigir la palabra. La cinta quedó en dos horas y fracción, pero debió haber sido más accesible de lo que es. Tiene magníficas interpretaciones, tiene grandes aciertos, pero a mí me parece algo que no recuerdo con mucha pasión”.

El también director de “El jardín de la tía Isabel” (1971), “Aquellos años” (1973) y “El año de la peste” (1979), comentó sobre la versión de “Las Poquianchis” que se realizó para la serie de televisión “Mujeres asesinas”.

“No la vi, pero de acuerdo a lo que me comentaron, se confirmó una teoría que yo tenía respecto a que las jóvenes eran más rapaces que las mismas hermanas”.

Considerada por muchos como la encargada de marcar una importante etapa dentro de la filmografía nacional contemporánea, la historia del cine mexicano en la década del setenta es más que emblemática, marcando a las siguientes generaciones de cineastas gracias a las posibilidades y los retos de plasmar en la pantalla grande lo no permitido, ni sospechado hasta entonces.

“Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa”, publicado por el sello independiente SamSara Editores, es distribuido en su formato digital por la empresa española Nube Digital, y puede adquirirse también de forma física en exclusiva en la Tienda de Memorabilia de Cine “Bela Hugozzi”, ubicada frente a la Sala 1 de la Cineteca Nacional en la Ciudad de México.
Fotografía: Cortesía IMCINE

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