Por: Karen Galicia
Estoy aquí, como si el tiempo no pasara; como si fuera ayer que te conocí…
hoy recuerdo esa manera loca en que nos conocimos, podría decir que fue como un sueño una nueva historia loca, sí, loca.
Recuerdo esas noches de desvelo donde me arrullabas con tu voz perfecta, donde podía dejar de pensar en cualquier cosa al escucharte. Te recuerdo, con esa sonrisa tan coqueta, con esa mira que trasmitía seguridad a la noche.
Esa, Tú manera de hacerme sonreír por todo y nada a la vez. Así te recuerdo…
Alegre, lleno de vida y con ganas de hacer muchas cosas, de fabricar sueños y disfrutar momentos, eran tan lindos porque en todos ellos estaba incluida yo.
Y hoy parece que el tiempo se detuvo, tú sigues aquí, conmigo siendo feliz, aunque a veces te miro y me veo y me doy cuenta que si hay diferencia. Ya no soy tú señorita, ni tú el joven que yo conocí.
Hay un pequeño detalle… Ya no hablamos más de amor, ni de sueños, ni de historias, y ya no hay un final feliz…
Creo que ya no eres parte de mí, siento que te he perdido -¡no lo sé!-. Sin embargo mi corazón cree en ti. Aun siente cariño como el primer día en que te conocí; ¡no lo sé! quizás solo sea mi imaginación.
Sera que no puedo olvidarte pues cada vez que te veo es inevitable abrazarte y besarte, un beso de amor, de esos pequeños besos que pueden de terne el tiempo, robar un suspiro o adelantar una despedida, es algo que no podemos evitar. Pareciera que no pasa el tiempo, pues, yo estoy aquí, ¡Y sigo aquí enamorada de ti!
