Orgulloso de sus raíces, se ha ganado a pulso un lugar en el corazón de la gente, convirtiéndose a lo largo de trece años de trayectoria, en una de las figuras más queridas de México, Centroamérica y el área latina de Estados Unidos.
Oriundo de la región de la montaña de Guerrero, maestro rural de primaria (además del español habla náhuatl con fluidez), dejó todo para venir a la Ciudad de México en 2005 e imponerse ante miles de concursantes en el entonces exitosísimo certamen televisivo “La Academia”, el cual registraba enormes niveles de rating en aquellas primeras temporadas.Tras meses de lucha y de superar diversos prejuicios sociales y hasta raciales, se convirtió en el ganador indiscutible de la cuarta generación de “La Academia”; desde entonces no ha dejado de trabajar tanto en las pantallas como en continuas presentaciones personales a lo largo de todo el país.
Su disco debut “Erasmo: El Conde de Xalpatláhuac”, rebasó las 100,000 copias vendidas y de ahí en adelante todas sus producciones han alcanzado significativas cifras de aceptación. Hasta la fecha cuenta con más de cinco álbumes en solitario y ha participado haciendo duetos para producciones de otros artistas; asimismo, ha incursionado como compositor en diversas ocasiones. Él es uno de los pocos ex alumnos de “La Academia” que ha ganado una musa de los Premios Oye! y que ha permanecido en el gusto del público.
La razón es que además de su voz y calidad como artista, Erasmo Catarino ha logrado una gran empatía con la gente, convirtiéndose en una figura familiar y querida por su natural manera de ser, sin falsas poses, sin estrategias de marketing que cambian a las personas y las llenan de soberbia… él es como es, con el sentimiento en la garganta, las ganas del primer día y totalmente transparente. Sin duda un hombre que vale la pena conocer arriba y abajo del escenario.
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