Leonardo Juárez R.
El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) Octavio Romero Oropeza, manifestó que el tema de la demanda de combustibles que se tiene estimada en el mundo, de acuerdo con firmas internacionales “en los próximos 30 años esta demanda se va a incrementar, no obstante los esfuerzos internacionales para transitar hacia energías limpias; ello, como resultado de la inercia en el crecimiento de las economías a nivel mundial”.
En videoconferencia Romero manifestó “si bien es cierto que países europeos y Estados Unidos reducirán su demanda sin que desaparezca su consumo, economías emergentes como la India y América Latina, entre otros países, incrementarán significativamente su consumo, lo mismo en el caso de China, que es el país con mayor crecimiento económico mundial. Todo ello, en el entendido de que es necesario como país prepararnos para el futuro en la lógica de la autosuficiencia energética”.
Indicó, “una de las consecuencias de la reforma energética en el año 2014 fue el crecimiento de la dependencia del país con las importaciones de gasolina y diésel para abastecer el mercado interno de combustibles. Lo anterior, no sólo es un factor de riesgo de seguridad energética para México, sino que también afectó negativamente la balanza de productos petroleros del país, que es el resultado de la diferencia de las exportaciones e importaciones petroleras”.
Destacó, “a partir del inicio del rescate de la soberanía energética liderada por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador se observa un marcado cambio de tendencia. Si bien el saldo de la balanza comercial petrolera sigue siendo negativo, comienza una disminución paulatina del déficit comercial y para el cierre del año 2020 este déficit se reduce a 13 mil 600 millones de dólares, cifra inferior a los 23 mil millones observados durante el último año de la administración anterior”.
Apuntó, dentro de las importaciones petroleras, la gasolina es el producto que más se importa. En contraste, a partir de este gobierno las importaciones de gasolina han disminuido sistemáticamente hasta bajar al 61 por ciento, principalmente para el 2019 por la estrategia efectiva de combate al robo de combustibles, adicionalmente a esto en el 2020 por la crisis de la pandemia.
Comentó, en el caso del diésel es todavía más dramático, pues en el 2013 se importaba el 27 por ciento y en el último año de la administración anterior subió hasta el 77 por ciento. Dicho en otras palabras, se pasó de importar cinco mil millones de dólares en 2013 a 10 mil millones de dólares en 2018. En esta administración las importaciones de diésel han bajado hasta un 60 por ciento.
Aseveró, “en suma no obstante que México es una potencia petrolera, la reforma energética en tan sólo cuatro años nos convirtió en un país dependiente de las importaciones de combustibles. El cambio de paradigma de la actual administración está siendo exitoso, las estadísticas muestran que la política de fortalecimiento de Pemex para el abasto de combustibles en el país va en la dirección correcta”.
Recordó que el 24 de mayo pasado el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos autorizó comprar a Shell Oil Company el 50.005 por ciento de su participación accionaria en la refinería de Deer Park, de la que Pemex poseía ya el 49.995 por ciento de las acciones.
Destacó, la refinería de Deer Park tiene una capacidad para procesar 340 mil barriles diarios y una configuración compleja. De acuerdo con la firma internacional Salomon es un índice de complejidad del 12.1. Para ejemplificar lo anterior, decir que el índice promedio de complejidad tecnológica del Sistema Nacional de Refinación en México es de 9.3, de tal forma que Deer Park tiene una capacidad de conversión profunda y su rendimiento de combustóleo es muy bajo, tendiente a cero, produce alrededor de 110 mil barriles por día de gasolina, 90 mil de diésel y 25 mil barriles de turbosina, además de otros productos.
Cabe señalar que en los últimos años Deer Park ha tenido una utilización por arriba del 80 por ciento y una disponibilidad operativa por arriba del 95 por ciento, lo que significa un bajo porcentaje de paros no programados. “Una de las razones por las que la refinería alcanza estas cifras son las inversiones que se han realizado en su mantenimiento. Como resultado de este nivel de utilización, la refinería ha producido por arriba de los 300 mil barriles por día de combustibles en los últimos 19 años”.
Apuntó, tiene acceso a un suministro de todo tipo de crudos con mejores ganancias por su ubicación geoestratégica, ya que se encuentra ubicada en la zona conocida como la capital mundial de la refinación. “La adquisición del 50.005 por ciento de participación de Shell en la refinería será un paso muy importante para el cumplimiento de la meta de autosuficiencia en la producción de combustibles planteada por el presidente de la República. Tomar la operación de la refinería permitirá dirigir su producción de gasolina, diésel y turbosina para satisfacer la demanda de nuestro país”.
Manifestó, “esta decisión se inscribe en el objetivo de lograr a corto plazo producir el total de combustibles que se requieren en México y para lo cual se están rehabilitando las seis refinerías del sistema nacional, se está construyendo la nueva refinería de Dos Bocas, se reiniciará la reconfiguración de la refinería de Tula y mediante esta transacción que anunciamos se adquiere la propiedad total de la refinería de Deer Park, con ello, su control y operación”.
Añadió, “Pemex alcanzará una producción estimada de un millón 362 mil barriles diarios para abastecer el total de la demanda mexicana de gasolina, diésel, turbosina y otros petrolíferos. Otra ventaja de la refinería de Deer Park es que tiene la flexibilidad de enviar estos productos a México vía marítima, principalmente a la costa mexicana del golfo, por ducto hacia la frontera norte, así como por vía terrestre hacia el centro del país. Además de poder procesar y capturar mayor producto del crudo maya, la refinería tendría, en caso de ser necesario, la capacidad de recibir y procesar combustóleo nacional”. El valor de esta compra-venta es del orden de 596 millones de dólares, 106 millones en efectivo para el reembolso del préstamo del socio Shell y 490 millones correspondientes a la deuda de Shell en la sociedad.