Por Efraín H. Mariano
Independientemente de cuál sea el desenlace de las elecciones para la gubernatura del Estado de México, donde a todas luces sabemos que hubo irregularidades en el conteo de los votos –en beneficio de Alfredo del Mazo y en detrimento de Delfina Gómez–, podemos confirmar que los recientes comicios nos dejaron puntuales revelaciones.
Primero: Morena se ha posicionado como la fuerza política con más impulso en los tiempos recientes, con un crecimiento exponencial en la aceptación de los ciudadanos; incluso, más allá de su polémico líder, de su mediana plataforma política, de sus recientes escándalos de corrupción, el Movimiento de Regeneración Nacional se ha confirmado como el partido con el mayor crecimiento de seguidores de cara a las elecciones del 2018.
Si bien es cierto que Morena no ofrece un cambio de profundidad en la manera de gobernar, ni tampoco representa una oportunidad real para rescatar al país de la insolvencia, el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador otorga una esperanza legítima para que el ciudadano común y convencional, cansado de atropellos, robos y saqueos, saque a la “Mafía del Poder” de Los Pinos, y se instale, aunque sea de forma figurada, en las habitaciones y pasillos del Palacio de Gobierno.
Pero antes hay que decirlo, la plataforma política de Morena carece de propuestas de profundidad que garanticen un cambio real en la vida del país, o por lo menos, que ofrezcan una alternancia legítima en el poder; sin embargo, las mismas, abren la posibilidad de que los ladrones que han saqueado al país y los han arrastrado por décadas a la bancarrota, estén próximos a perder esos privilegios, y porqué no, a saldar cuentas.
Si bien es cierto que Morena y su líder espiritual no son la salvación de México, los mismos ofrecen una esperanza remota de que las cosas pueden mejorar, pero sobre todo y más importante, de que la “Mafía del Poder” deje de robar y saquear al país.
Segundo: A todas luces se puede constatar que Delfina Gómez carece de las tablas políticas para poder gobernar Estado más importante del país; es verdad, ella no iba a tomar las decisiones cruciales; empero, en una de esas, podía creer que ella había sido por sí sola la que había ganado las elecciones del Estado de México y comenzar a cometer verdaderas equivocaciones.
Los mexiqueses votaron por el cambio, por la posibilidad real de sacar del poder al partido que ha saqueado al Estado de México por casí 90 años; incluso, muchos decidieron aplicar el voto “útil”, según las encuentas, a favor de la abandera de Morena, en favor de esa esperanza mínima para expulsar del Palacio de Gobierno a los saqueadores de la entidad.
Y la realidad es que con el “voto útil” la “Maestra” ganó las elecciones del Estado de México, digan lo que digan, porque se puede constatar por diversos videos en la web y en las redes sociales, que hubo pronunciadas irregurlaridades en el conteo de los votos; empero, ese es un tema que por ahora no abordaremos con profundidad; en gran medida, por que la mayoría de los ciudadanos no apoyaron a Delfina Gómez, sino a Morena, sino a la posibilidad de sacar al PRI del gobierno del Estado de México.
Es verdad, las recientes elecciones nos dejaron muchas frustraciones (siguen los fraudes), decepciones (sigue la compra de votos), posturas (pacíficas) y certezas, como la que Morena y López Obrador son la franca opción de un cambio y triundo de cara a las elecciones del 2018.