Alto a la Delincuencia Clamor Popular

Por José Luis Sosa

Hoy por hoy sin lugar a dudas en nuestro país, nuestro muy querido México, estamos viviendo lamentables hechos sin un precedente histórico en diferentes tópicos, pero en esta ocasión hablaremos de la galopante y desbocada ola de violencia sin freno que aqueja a la gran mayoría de los mexicanos.

Una de las notas que ha acaparado la atención en noticieros de radio y televisión, medios impresos, digitales y las redes sociales, son los contantes asaltos videograbados en el transporte público, privado, casa habitación y establecimientos de todo tipo, incluso el intento de robo de cajeros automáticos completos, son los vídeos que se han hecho virales, en los cuales se dejan ver diversos atracos en los cuales los presuntos delincuentes han sido atrapados, sometidos y golpeados brutalmente, incluso algunos de ellos han perdido la vida a causa de los múltiples golpes recibidos por parte de sus víctimas, quienes involuntariamente han pasado a ser victimarios, y en algunos casos más desafortunados hasta les han prendido fuego vivos, son los ciudadanos quienes ya realmente cansados y más que artos de las constantes agresiones y despojo de sus pertenencias, han optado por hacer justicia por su propia mano, ya que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno encargadas de brindar seguridad a la ciudadanía, no están brindando los resultados espetados y la inseguridad que se vive en diversas localidades del país se han convertido en un verdadero viacrucis al utilizar el transporte público, al igual que en su moto u automóvil particular, en su negocio o en el mismo interior de su domicilio.

“La gente clama, ya basta de tanta inseguridad”.

En diversas colonias sus habitantes han optado por poner mantas con leyendas amenazantes en diversos tonos, que van desde las más relajados hasta las extremadamente beligerosos donde señalan que esa colonia es vigilada por los vecinos y advierten que al ratero que agarren, que se atenga a las consecuencias, y en muchos casos los amantes de lo ajeno en verdad han llegado a lamentar las consecuencias de sus reprobables actos delictivos.

En los múltiples videos mencionados al inicuo de esta tú columna Fuerza Política, los cuales circulan ágilmente por diversos medios, vemos con tristeza, preocupación y coraje como la gente que le han robado sus pertenencias personales y sus recursos económicos para sus más elementales necesidades como lo es alimentarse y darle de comer a sus familias, algunos han sido golpeados o heridos en un asalto, pero cuando han podido entre varios someter al asaltante, arremeten de manera despiadada contra ellos sin medir las consecuencias de sus actos, llevados por el coraje y la impotencia de cuando son víctimas y estos no les dejan más opción que convertirse en victimarios por igual, bajo el lema; “ojo por ojo, diente por diente”, una acción que reprobamos totalmente ya que violencia genera más violencia, pero que en la vida diaria ante tanta delincuencia e impunidad la gente dice que no le queda otra opción ya que las autoridades no les garantizan seguridad en sus pertenencias, en su integridad física y la de sus familias.

En cuanto al transporte privado el panorama no pinta para nada favorable, pues se ha vuelto muy común el asalto a los automovilistas en los semáforos o con un cerrón circulando por las avenidas o simplemente cuando están estacionados esperando a alguien, entre otras situaciones diversas.

Pobres, no tan pobres, clase media o ricos no son la excepción de ser una víctima más de la agobiante delincuencia que impera en nuestro país en sus diversas modalidades. Uno de los estandartes políticos del presidente López Obrador es y será, “primero los pobres”, algo que en la vida practica no vislumbramos, ya que en este tema, precisamente son ellos los más pobres los mayormente afectados ya que si alguien con una posición económica estable lo asaltan, la perdida de sus pertenencias es lamentable pero de una u otra manera la puede subsanar, a diferencia de las personas de escasos recursos, lo que les quiten en el transporte, la calle o en su domicilio, en la mayoría de los casos es prácticamente irreparable, incluso el poco dinero que les quiten, significa el dejar sin comida a su familia, no poder pagar la renta o no tener ni siquiera para cubrir el importe de su transporte para ir a trabajar, de por si la situación económica está de lo más precaria, con eso es como darles el tiro de gracia y quedar aún más pobres, eso no lo ven nuestros gobernantes de la 4T quienes viajan en lujosas camionetas blindadas con chofer y guardaespaldas con cargo al erario público que se pagan con los impuestos de todos los mexicanos, pero la pregunta incomoda sería ¿Quién cuida en verdad al pueblo como los blindan y protegen a ellos?

Lo cierto es que resulta fácil prometer en campaña para obtener el voto en las elecciones y llegar a ocupar puestos privilegiados con generosos sueldos, prestaciones de primer nivel, entre muchos otros privilegios y a la hora de llegar se les olvida quienes gracias a ellos arribaron al poder, pero ya no los necesitan, se convierten en invisibles hasta las próximas elecciones para nuevamente ofrecer sus limosnas con escuetas despensas, promesas incumplidas y desgastadas como es costumbre con la clase política mexicana, quienes parecen estar cortados por la misma tijera, ya sean de uno u otro partido político, da lo mismo, ya que a fin de cuentas son solamente una plataforma electoral para poder contender por algún cargo de elección popular buscando ser favorecidos con el sufragio efectivo de la gente de quienes exclusivamente les interesa su voto, y así por igual brincan de un partido a otro sin importarles si comulgan o no con los principios partidistas, estatutos e ideología del mismo, lo importante es llegar al poder a como de lugar, lo demás es lo de menos, ya se justificarán en su momento y echarán la culpa a los otros como lo vemos en la actualidad, lo que les resulta más fácil que solucionar los problemas y realmente ocuparse y aplicarse a cumplir con sus obligaciones, promesas y responsabilidades como servidores públicos, realmente servir a la gente y no simplemente servirse de ella.

¿O acaso será que aún no comprenden lo que en verdad significa el ser un servidor público?

Por su parte, el presidente señala que sólo secuestran a los ricos, pero la cruda realidad es que la delincuencia en sus diversas modalidades ya no distingue clases sociales, lo mismo secuestran, roban, asesinan, exige derecho de piso, extorsionan, violan, amenazan y cometen toda clase de atrocidades contra todo tipo de personas, ya no es como antes que exclusivamente secuestraban a los muy ricos, claro en ese estatus social se corre mayor riesgo, pero ya no es privativo, ahora los ataques son universales y claro, como reza el refrán popular, “dependiendo del sapo es la pedrada”. Incluso ahora los altos funcionarios públicos son por igual que la población victimas de ataques como lo pudimos presenciar en el caso del Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, Homar García Harfuch. También presidentes municipales, regidores, jueces, generales del ejército, ex funcionarios públicos, etc. han sido víctimas de la delincuencia que impera en nuestro país, en algunos casos con impunidad.

Es momento que los diferentes niveles de gobierno, municipales, estatales y federales cierren filas, se coordinen con estrategias bien definidas y trabajo de inteligencia realicen acciones certeras contra la delincuencia y acabar con sus cotos de poder ya establecidos, que predomine el estado de derecho y la seguridad para la población en general sin distingos, con mano dura y caiga quien caiga, cero impunidad, simple y sencillamente hacer cumplir la ley conforme a derecho, México ni los mexicanos aguantan más esta lamentable y preocupante situación que si no se atiende veraz y oportunamente, tiende a empeorar.

Algo nunca antes visto en nuestro país es que la delincuencia organizada utilice vestimenta y armamento tipo militar con chalecos con el logotipo impreso de su organización criminal, al igual que camionetas camuflajeadas y rotuladas en las puertas, cuál si se tratara de autos oficiales, quienes circulan libremente por algunas ciudades y carreteras donde hacen valer su gran poderío, como lo hemos visto en videos en los noticieros, redes sociales y diversos medios de comunicación, hasta en algunas plazas repartiendo despensas entre la población que gustosa se las recibe, principalmente por necesidad.

¿Ustedes cómo le llamarían a esto?

Lo cierto es que a la delincuencia se combate con la fuerza del estado, con sus diversas corporaciones policiacas, federal, estatal, municipal, fuerzas armadas, no con abrazos, ni acusándolos con sus mamás, entre otras vaciladas.

Recordamos que en sexenios anteriores las fuerzas armadas, en especial la Marina, en su momento con estrategia e investigaciones de inteligencia y operativos bien coordinados sestó interesantes golpes al crimen organizado deteniendo a varios de los principales capos mexicanos.

Una Frece Para Fin de Semana

Mucho ruido y pocas nueces con Lozoya VIP.

Para tus comentarios mi correo es: fuerzapolitica@yahoo.com

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