Por Roberto Soto
El anuncio del nombramiento de Fernando Vilchis Contreras como nuevo dirigente del Partido del Trabajo (PT) en el Estado de México ha generado controversia tras la salida del líder fidedigno Oscar González. Este cambio de liderazgo ha venido acompañado de una serie de decisiones que han levantado interrogantes sobre la integridad del proceso interno del partido.
El alcalde con licencia de Ecatepec, Fernando Vilchis Contreras, quien aún no ostenta formalmente el cargo de dirigente del PT, ha sido señalado de influir en la designación de candidatos tanto en el PT como en Morena. Entre las decisiones más cuestionadas se encuentra la intervención en la nominación de Óscar Ruiz como candidato a la alcaldía de Metepec, así como la designación de candidatos a diputados locales en diversos distritos.
A pesar de no haber tomado protesta formal como líder estatal del PT, Vilchis Contreras ya ha sido reconocido como tal por fuentes oficiales del partido. Se ha confirmado su participación en la elección de candidatos a cargos de elección popular, incluyendo la nominación de Edward Espíndola Uribe como candidato a la alcaldía de Ecatepec.
Se ha observado una presencia significativa de correligionarios de Vilchis Contreras en las listas de candidatos de Morena, encabezada por Azucena Cisneros Coss. Esta vinculación entre ambos partidos ha levantado sospechas sobre la imparcialidad del proceso de selección de candidatos.
El ascenso de Vilchis Contreras como dirigente del PT, mientras simultáneamente busca una posición como candidato de Morena a diputado federal por el Distrito X, plantea interrogantes sobre los verdaderos intereses detrás de estas nominaciones.
Ante esta situación, los militantes del PT exigen una revisión exhaustiva de los procedimientos internos del partido y la garantía de un proceso democrático y transparente en la designación de candidatos.