Por: Alberto Barrios
FOTO: Cuartooscuro
En un movimiento sorpresivo y contundente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha expulsado de sus filas al exgobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza. La Comisión Nacional de Justicia Partidaria del Comité Ejecutivo Nacional del PRI votó de manera unánime este jueves, acusando al político de “traidor” por supuestamente haber facilitado la entrega del poder al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2023.
El detonante de esta drástica decisión fue la victoria de la candidata de Morena, Delfina Gómez, en el Estado de México, un resultado que puso fin a casi un siglo de gobiernos priistas en la entidad. La cúpula del PRI responsabilizó directamente a Del Mazo de este histórico revés, señalándolo por no haber defendido adecuadamente el bastión priista.
Alfredo del Mazo respondió rápidamente a través de sus redes sociales, publicando un extenso comunicado. En él, expresó su dolor y sorpresa ante la expulsión, recordando con orgullo sus 30 años de militancia en el PRI. Agradeció las enseñanzas y experiencias vividas en el partido, pero también lanzó duras críticas a la actual dirigencia. Acusó a los líderes del PRI de haber “perdido el rumbo” y de no representar los principios y valores originales del partido, priorizando intereses personales sobre las causas sociales. En su mensaje, señaló a Alejandro Moreno, líder del PRI, calificándolo de “mentiroso, cínico y traidor”.
La relación entre Del Mazo y la dirigencia priista se había deteriorado visiblemente desde que Alejandra del Moral, la candidata del PRI a la gubernatura del Estado de México, abandonó la formación para unirse a Morena. Este hecho provocó que Moreno acusara públicamente a Del Mazo de “traidor y timorato”, alegando que había entregado la entidad a cambio de impunidad.
Del Mazo, quien proviene de una influyente familia priista y es primo del expresidente Enrique Peña Nieto, gobernó el Estado de México desde 2017 hasta 2023. Su mandato estuvo marcado por múltiples acusaciones de corrupción y fraudes, aunque estas no fueron el motivo directo de su expulsión del PRI. En cambio, su presunta complicidad en la derrota electoral de 2023 fue el punto central de la decisión.
El exgobernador se convirtió en una figura incómoda para el PRI tras el fracaso electoral, siendo acusado de haber dado la espalda a la militancia priista. Alejandro Moreno reiteró estos señalamientos, afirmando que Del Mazo no mostró el carácter necesario para evitar la debacle del partido.
La expulsión de Del Mazo también se vio influenciada por su aparente cercanía con el presidente López Obrador. En septiembre de 2023, López Obrador asistió al último informe de trabajo de Del Mazo, un gesto inusual que generó suspicacias entre los priistas. Durante este evento, el presidente elogió a Del Mazo por su respeto y colaboración, destacando que, a pesar de sus diferencias políticas, habían trabajado juntos en beneficio del pueblo del Estado de México.
Finalmente, la decisión del PRI de expulsar a Alfredo del Mazo subraya la profunda crisis interna que enfrenta el partido, mientras intenta redefinir su rumbo y recuperar su posición en el escenario político mexicano. Esta expulsión marca un momento decisivo y refleja las tensiones y divisiones que continúan afectando al PRI en su lucha por mantenerse relevante en la política nacional.