Superdólar, kryptonita y Trumpland

Por Efraín H. Mariano

El superdólar, como sabemos,  es considerado el principal activo de inversión en tiempos de crisis económicas, tensiones geopolítcas y terremotos bursátiles; incluso, para los Lobos de Wall Street, es su principal escudo para protegerse de las turbulencias financieras, como las que ocasionaron en su momento las crisis de las punto com y las hipotecas subprime en la década pasada.

El año pasado el billete verde alcanzó cotizaciones sin precedentes frente a las principales divisas del mundo, como resultado de las señales de una importante pérdida de impulso de la economía mundial, por el desplome de los precios del petróleo, el rompimiento entre el Reino Unido y la Unión Europea, así como por el inesperado triunfo de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense.

En el 2016, el dólar alcanzó su mejor cotización de 30 años frente a la libra estelina; frente al yuan  chino escaló a su mejor nivel desde 2010; ante las monedas latinoamericanas obtuvo nuevos máximos históricos con rendimientos superiores al 15 por ciento, como en el caso del peso mexicano y la divisa argentina.

Sin embargo, la divisa estadounidense ha frenado su escalada acista en lo que va del año frente a las principales monedas del mundo, incluyendo las emergentes como el peso mexicano; un comportamiento que ha soprendido a propios y extraños, sobre todo, porque los factores especulativos, como la desaceleración de la economía mundial, con China a la cabeza, y el  aumento de las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos, Corea del Norte y Rusia, se mantienen en primer plano.

Los anteriores eventos habrían apreciado al dólar en el pasado; empero, ahora, los inversores han volteado a otros instrumento de inversión, como las acciones o el oro, en demérito del billete verde.

¿Pero cuál es la razón de la pérdida de este dinamismo? ¿Cuál ha sido la kryptonita que ha debilitado al superdólar? La respuestas podrían ser variadas, pero hay una que predomina en primer plano: La incertidumbre que rodea los primeros meses del gobierno del presidente Donald Trump.

A cuatro meses de su llegada a la Casa Blanca, las posibilidades de que Trump sea destituido (impeachment, por su nombre en inglés) aumentan dramáticamante. Sólo dos presidentes han enfrentado el juicio en la historia estadounidense, pero el republicado está haciendo todo lo posible para convertirse en el tercero.

Y es que el magnate de los Bienes Raíces se ha equivocado dramáticamente en los tiempos y formar para tomar decisiones acertadas; todavía piensa que puede tomar decisiones, incluso despidos, a la ligera como lo hacia en su oficina ubicada en lo más alto de su cuartel general: The Tower Trump .

La política fallida de Trump, proteccionista y reducida, la misma que vitaminó al dólar el año pasado frente a las principales divisas del mundo, es la misma que ahora está restando fuerza a la moneda norteamericana.

Al nieto de emigrantes alemanes  le ha faltado presentar elementos y fundamentos para respaldar su política proteccionista. Incluso, la construcción del muro que prometió en la frontera con México ha comenzado a diluirse. El quiebre con la prensa estadounidense e internacional ha empeorado todo. El sorpresivo despido del director del FBI y la aceptación de que compartió información clasificada con la inteligencia rusa ha agravado aún más la crisis.

El dólar, que enseguida del triunfo de Trump en la elección presidencial estadounidense se disparó a una cotización sin precedentes, sobre las 20 unidades frente al peso, actualmente se intercambia en los 18.80 pesos, lo que significa una caída de 13 por ciento desde el 20 enero, cuando el republicano hizo oficial su ingreso a la Casa Blanca.

El recrudecimiento de las tensiones internas en el seno del gobierno estadounidense hacen suponer que los días de Trump podrían estar contados al frente de la administracción norteamericana.

En julio de 2016, cuando los republicanos confirmaron a Trump como su candidato presidencial, por encima de 16 aspirantes con mayores tablas políticas, incluyendo a los senadores Ted Cruz, de Texas; Marco Rubio, de Florida; y el gobernador de Ohio, John Kasich, sabían que el magnate de los Bienes Raíces podría llevarlos de regreso a la Casa Blanca, pero también, sabían que él no podría ser capaz de dirigir al país más poderoso del mundo.

Actualmente el recrudecimiento de la crisis  política interna de Estados Unidos podría acelerarse en las siguientes semanas. La tormenta perfecta se avecina y el descenlace se acerca.  La kriptonita que le había restado fuerza al superdólar en meses recientes se está esfumando.  Trumpland tienen los días contados en la Casa Blanca.

 

 

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