Leonardo Juárez R.
Tras la difusión del presunto espionaje practicado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) al presidente Andrés Manuel López Obrador, su familia y primer círculo de colaboradores continuó en 2018 incluso como presidente electo, aunque el titular del Ejecutivo federal aceptó que no tiene esas pruebas del espionaje y solamente se interesó por los archivos del pasado.
Indicó, se recuperó del Archivo General de la Nación un memorándum en el que se reportan sus acciones de cuando fue director del Instituto Nacional Indigenista en 1979 en Nacajuca, Tabasco, pero a pesar de saber que era vigilado, no tiene las pruebas.
Mencionó, el CISEN adquirió el software Pegasus en 2016, apuntan los contratos revelados por la Red de los Derechos Digitales (R3D) este viernes, las facturas proporcionadas por “El Cazador de Cazadores” desde 2017, un comunicado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y fuentes consultadas durante la investigación Pegasus Project.
Indicó, “por eso fue desaparecido el CISEN, porque decidimos desde el principio que no se espiará a los opositores ni a los periodistas ni a nadie, como se hacía antes”, por eso se abrirán todos los archivos.
Apuntó, el portal Aristegui Noticias dio a conocer los contratos CISEN/33701/002/16 y CISEN/33701/005/16 revelados este viernes, que fueron firmados por Eugenio Imaz Gispert director del Cisen, quien salió del centro de inteligencia cuando Miguel Ángel Osorio Chong renunció a la Secretaría de Gobernación. Ambos contratos fueron autorizados por un monto de 211 millones 424 mil pesos e incluyeron la actualización y soporte técnico del programa.
La empresa proveedora fue Diseños y Productos VME, que corresponde a una de las compañías de Uri Emanuel Ansbacher Bendrama, el empresario de origen israelí que formó una red de compañías en México, Panamá y Estados Unidos para vender el software diseñado por NSO Group, además de otros bienes en México.